La dermatitis atópica, es una enfermedad crónica muy común (de larga duración) que se debe a una reacción en la piel, provocando inflamación, sequedad, descamación, enrojecimiento y picor.
Esta afección normalmente suele comenzar en la infancia, aunque no exclusivamente y muchas personas lo superan con el tiempo a comienzos de la vida adulta.
Algunas de las causas que se conocen de la piel atópica suelen ser:
- Condiciones genéticas
- Sistema inmunológico
- Los alérgenos alimentarios
La piel de las personas con dermatitis atópica puede ser más sensibles debido a que su piel carece de proteínas específicas que mantienen la barrera protectora contra el agua. A veces el picor que provoca es tan intenso que puede afectar en el descanso nocturno, pudiendo repercutir en las actividades diurnas del paciente.
Toda persona que padezca o haya padecido esta enfermedad, habrá notado que hay momentos en los que los que esta enfermedad se agrava y otros en los que la piel mejora o remite. Esto es a causa de los brotes que aparecen sobre todo en los meses de octubre y febrero, por lo que es esencial el cuidado de la piel en estas fechas.
La hidratación es una parte fundamental para fortalecer la función barrera de la piel y es posible controlar la dermatitis atópica utilizando medidas preventivas y curativas adecuadas.
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